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martes, 24 de julio de 2012

Hay mucho y no hay nada.

El otro día intenté llorar. El otro día intenté abrazar mi almohada. No pasó nada. No consigo sufrir porque sufrir sería menos de aquello que siento. Intenté hablar. Llamé a una amiga y intenté hablar. Me quedé parada, hasta que la voz me salió. Intenté aceptar el abrazo de mi amiga, pero mi mano no consiguió tocar su espalda. No consigo estar triste porque estar triste es menos de lo que siento. No consigo aceptar ningún tipo de amor porque ningún tipo de amor me parece del tamaño del agujero en el que me he convertido.

domingo, 15 de julio de 2012

Echar de menos.

A veces, el sentimiento de echar de menos es tan grande que no es más un sentimiento. La gente es echar de menos. Es vivir para encontrar la mirada de otra persona en cada improbable esquina, confundir cabellos y perfumes, sonreír con los labios teniendo el corazón agobiado. Porque aunque el echar de menos esté hecho para doler, a veces nos damos cuenta de que ese es el medio más eficaz de darnos cuenta de cuanto amamos a alguien, en el pasado o en el presente.

jueves, 5 de julio de 2012

You know my name, not my story.



El problema soy yo.

A veces no sé como hacerlo. Me refiero a no pensar, a no activar los mecanismos que harán que mi cabeza no pare ni un segundo. Simplemente dejarme llevar, se vuelve tan complicado que me llena de ansiedad el simple hecho de imaginarlo; estar tranquila, relajada, disfrutar y sonreír, suena tan absurdo. ¿Qué clase de persona puede conseguir eso realmente en los tiempos que corren? ¿Cómo os lo digo? Quiero salir corriendo, es que da igual en qué lugar me encuentre, con qué personas, al final siempre quiero salir corriendo porque no me encuentro bien. El problema reside en mi. Y esa sensación de querer sacar todo lo que tengo y quedarme vacía. Sacar esa persona absurda de mi interior que, en el fondo, siempre ha estado y estará ahí, y lo único que quiero es querer, porque no puedo evitar ser como soy, no puedo callarme, no puedo simplemente ser normal.

Locura de los demás y nunca miro la mía.

A veces las cosas salen mal y no es culpa de nadie. Pero todos queremos un porqué. Un motivo. Algo que podamos envolver, poner un lazo y enterrarlo en el jardín. Enterrarlo tan hondo que parezca que nunca ha pasado.
Va bien tener a alguien al que echarle las culpas de las cosas malas que ocurren. Hay dos formas de ver el mundo. Una es que la vida está llena de oportunidades, que está bien. Olvidando las cosas malas, como si no las vieras. La otra, es ver la realidad. Yo creo que hay dos maneras de ver el mundo. Puedes ver la tristeza que hay detrás de todas las cosas. O elegir bloquearlo todo. Si no dejas que el mundo te afecte, no te partirá el corazón. Estoy segura de que he llorado todas las lágrimas que había dentro de mí. Pero aprendí que con las lágrimas no puedes hacer que alguien que no te quiere vuelva a quererte o que algo que pasó no haya pasado. Siempre está ahí. Pero la mayoría de la gente no es capaz de verlo. A veces las cosas no salen bien y no es culpa de nadie.